Sin VARmani éramos boleta, ahora sólo queda ATAQAR A QATAR

Este miércoles, una vez más nos sentamos esperanzados a ver a la Selección Argentina y terminamos enojados y dolidos por otra muestra más de lo mal que juega nuestro seleccionado. Ya llevamos varios años así. No solamente seguimos sin ganarle a equipos que, en los papeles, son más débiles, sino que demostramos no tener línea de juego alguna, no sabemos a qué jugamos, cambiamos constantemente sin orden ni fundamento, nos dejamos llevar por las opiniones y ponemos y sacamos, y ponemos de nuevo a los históricos, solamente para congraciarse con parte de la prensa o del público y/o para que también formen parte del fracaso de la dirección técnica. Contra Paraguay volvimos a “no jugar a nada”. No hubo elaboración, no hubo sociedades, ni siquiera jugadas armadas, nadie intentó el 2 1, no llegamos al fondo para tirar centros atrás, no encaramos, no gambeteamos, pateamos mal las pelotas paradas, jugamos a un ritmo excesivamente lento y fácil de descifrar, no hubo picardía ni rebeldía, ni siquiera apareció “la vergüenza deportiva” para ir a buscar el triunfo en los minutos finales.

Somos concientes de que enfrente teníamos a Paraguay, selección que no jugó el último Mundial y está en plena reconstrucción de la mano de su serio DT, el Toto Berizzo? Todos hablan maravillas de Almirón, especialmente en su jugada del primer gol. Qué hizo Almirón? Nada extraordinario. Tomo la pelota y empezó a correr. No lo pudieron alcanzar, cuando llegó al fondo tiró el centro atrás y por ahí venía el 8 para empalmarla y mandarla a la red. Jugada simple y efectiva pero que Argentina jamás pudo realizar, por eso parece tan espectacular, pero sería una jugada común y corriente en otro contexto. Está claro que todo nos cuesta demasiado y que, además, el rival se da cuenta de que Argentina tiene graves problemas y/o debilidades, a tal punto que empieza a sentirse más seguro y termina jugando mucho mejor que nosotros. Nos pasó con Colombia y con Paraguay. Y recuerdo el amistoso con Venezuela hace pocos meses… y siguen las firmas.

Scaloni está demostrando ser un DT sumamente inexperto, débil de carácter, falto de tacto para plantear un esquema de juego, para mantenerlo y/o para cambiarlo. Parece “livianito” de ideas y convicciones. Se equivoca cuando le toca hacer los cambios. Nada oportuno, todo lo contrario. Saca al que no tiene que sacar, pone al que no tiene que poner. Se nota que no maneja al equipo, no es su conductor ni su guía, lejos de eso! Tiene una beca que le dio el Chiqui Tapia y se la pasa haciendo el método de ensayo y error. En lo segundo le viene pegando seguido, no? Hasta por exceso…

La dirigencia, además de elegir el mal menor (será el menor o el mayor?), confunde sus roles: se saca fotos con las figuras, les regala cuadros, toma mate con ellos, como si forzara un compañerismo que naturalmente no existe pero que a modo de ficción y ante los flashes, consiga que las apariencias engañen. Avísenle al Chiqui y su ballet que la gente no come vidrio y muchos futboleros conocemos la verdad de la relación por más tapas de Olé, españolas o de revistas especializadas quieran imponer lo contrario.

Y no quiero olvidarme de los jugadores. Ellos tienen una gran responsabilidad, la mayor, según mi parecer. Esta selección no parece la mayor, es mucho menos. Esta “generación plateada”, la bauticé así hace un año, ha demostrado y sigue demostrando no estar a la altura de las circunstancias. Nunca han alcanzado el nivel de juego que muestran en sus equipos, y esto incluye a Messi. Ni él, ni Agüero, ni Higuaín, ni Otamendi, ni Di María, ni Biglia, ni Lavezzi, ni Banega, ni Mercado, ni Locelso, ni Tagliafico, ni Paredes, ni Icardi, ninguno. Les pesa la camiseta de la selección. Sienten demasiada presión y rinden muy por debajo de sus posibilidades. No se animan a encarar, a gambetear, a buscar el fondo, a tocar e ir a buscar, a hacer una pared. Dan pases erráticos o tiran pelotazos a la nada misma. Y lo que es peor, se van degradando, achicando y hasta desapareciendo del partido. Se desvanecen física y mentalmente. No reaccionan con un gol del rival, al contrario, se deprimen y comienzan a actuar peor que nunca. Y encima muchos de ellos se confunden y se enojan, patotean, se pelean y no se dan cuenta que primero hay que jugar al fútbol y luego habrá tiempo de querer manejar los tiempos del partido y del árbitro. Si quieren, pueden leer mi comentario en generacionplateada

cuando nos fuimos rápidamente del Mundial de Rusia. Verán que varios conceptos siguen vigentes, encajan a la perfección, mal que nos pese… Sigo sin entender por qué “el Cuadrado de Colombia” maneja la pelota tan bien como el de Juventus, “el Suarez de Uruguay” ataca tanto como el de Barcelona, “el Casimiro de Brasil” quita como el de Real Madrid y, en cambio, las figuras de Argentina ni por asomo se parecen a las que vemos jugar semanalmente en grandes equipos europeos, algunos de ellas figuras de élite como Messi y Agüero.

Ahora se viene Qatar y habrá que “ataqar_lo” si queremos ganarle. No será fácil si Argentina sigue jugando tan mal como hasta ahora. Obviamente habrá que cuidarse de las rápidas contras que le vimos especialmente vs Paraguay, pero no tenemos alternativa. Si no lo hacemos, tendremos que pensar que, además de jugar mal, hay una mala intención de fracasar, y eso no puede permitirse. “… Hay que ganar, hay que ganar, por que si no van a cobrar…”, decía una vieja canción de tablón, los de mi generación seguro que la recuerdan. Salvando la indirecta, estos muchachos “cobran” mucho más de lo que “ganan”, es hora de que empiecen a equilibrar la balanza, no les parece?

Arrancó el invierno, espero que en Brasil nos agarre abrigados
D’artagnan (al ataque!!!)

Acerca de

Periodista Deportivo recibido en el Círculo de Periodistas Deportivos en 1989. Socio vitalicio del Círculo de Periodistas Deportivos. Experiencia en radio, revistas y periódicos. Práctica de prensa en Copa América 1997. Conferencias Scaloni 2022/23 Cronista de los Premios Olimpia anualmente

Publicado en SIMBOLOS PATRIOS