Probalo, te va a gustar. Chiquito fue grandote y gracias a sus atajadas en los penales estamos en semifinales de la Libertadores. Tal como se preveía, Barco no llegó pero no encallamos.
Jugamos un mal primer tiempo, por suerte el técnico se dio cuenta que sobraba un defensor y emparejó en la segunda etapa con una buena entrada del Chelo y un volante más, pasando al 4 4 2. Racing había llegado con cierto peligro en los primeros 45, pero sin tanta profundidad, demostrando también sus limitaciones. Sin el Colo, dependíamos sólo de Medina. Y como lo taparon bien, Cavani tenía que bajar a iniciar jugadas limpias perdiendo peso ofensivo. Fue duro, pero los eliminamos. Ojo que el próximo rival es mucho más difícil.
El festejo fue inconmensurable, pleno de gritos, desahogos, puños cerrados y el clásico «Vamos Boca». Somos así, si no sufrimos, no festejamos, si no padecemos, no gritamos, está en nuestro ADN. Todo nos cuesta mucho y por eso se festeja tanto o más. Atrás quedan la maldiciones, el mal planteo, alguna falta de actitud, las broncas. Cuando ganamos, festejamos, es una alegría para nuestro corazón, «Esto es Boca».
Estamos en semifinales. La enorme capacidad de Romero y buenos pateadores de penales lo hicieron posible. Tal vez lo merecimos xque en los primeros 90 fuimos muy superiores. Deberíamos haber llegado con una victoria al cilindro, pero sabemos que sin sufrimiento, para nosotros, «no vale».
Como siempre, pusimos el alma y el corazón. Y Romero puso sus manos para que mediante la pena máxima sigamos camino a nuestra máxima obsesión. Ojalá que lleguemos a la meta, seguiremos entregando toda nuestra pasión en pos de ese objetivo.
Se viene el Palmeiras, gran candidato, gran equipo. La razón me dice que hay 2/3 de probabilidades a favor de los brasileños y 1/3 para Boca, pero el corazón … el corazón, es fue y será totalmente Azul y Oro, como el de ustedes…