Argentina se consagró campeón de la Copa América después de 28 años sin ganar un título y además de colmarnos de alegría, les puedo asegurar que de mi parte se acabó el mote de “la generación plateada” como bauticé a esta camada de jugadores que, desde hace varios años, no podían conseguir un título. Listo! No les pondré más ese sobrenombre, se lo ganaron en buena ley y mucho tuvo que ver Scaloni en todo eso. (En realidad, hoy quedan 4 sobrevivientes de esa Generación: Messi – Di María – Agüero – Otamendi. Los 4 jinetes del Apocalipsis que desde el sábado son los 4 jinetes de la Gloria Celestial). Y luego del mea culpa permítanme una cuota de vanidad, digna de todo periodista que se precie como tal. En Octubre de 2020, hace casi 9 meses, escribí en esta web un artículo defendiendo a Scaloni cuando muchos periodistas lo criticaban y hasta pedían su renuncia ( http://holamort.com.ar/2020/10/17/scaloni-x-scaloni/ ). Me alegro haber tenido una buena visión y análisis del tema. Como siempre digo, no pretendo ni pretenderé tener la verdad, sino dar mi punto de vista y ayudar a mis lectores, a pensar, a analizar, a sacar conclusiones y, especialmente, a no dejarse llevar por lo que más trasciende, los comentarios de difusión masiva y, lo que es peor, informaciones que surgen de un medio y se replican en muchos otros en forma vertiginosa y exponencial sin siquiera chequearlas o simplemente para “ir con la masa”, con una falsa idea de congraciarse con los lectores, oyentes o televidentes.
Refresco conceptos sobre los cuales valoré a Scaloni: entendió el momento, formó un grupo y fue muy recibido por ese grupo cada vez que se juntaron para jugar eliminatorias, motivó a Messi luego de múltiples frustraciones, no se casó con nadie, ni citando a lesionados que iban a divertir al grupo pero no a jugar, ni haciendo titulares a aquellos que otrora lo merecían pero cuyo cuarto de hora ya había pasado largamente, asumió un hierro muy caliente, consiguió buenos resultados en forma rápida. Ahí yo decía que le faltaba definir un estilo de juego y que aún no se veía el equipo. Y me paro en estos últimos tres puntos. Ahora volvió a conseguir resultados y vaya qué resultado logró! Nada menos que ganar la Copa América después de 28 años, conseguir un título para Argentina después de tanto tiempo (pasaron 10/11 entrenadores: Basile – Passarella – Bielsa – Pekerman – Basile again – Maradona – Batista – Sabella – Martino – Bauza – Sampaoli). Y como si esto fuera poco, darle a Messi su primer título en una Selección mayor. No exagero, si escucharon a Messi, él mismo dijo que este logro también se debía a Lionel Scaloni. En cuanto al estilo de juego, finalmente apareció en esta Copa América. Hay una línea de juego, ya sabemos a qué juega Scaloni. Te podrá gustar más o menos, sin dudas, pero está claro. Y lo dijo muy bien Sergio Vazquez – ex integrante del seleccionado argentino con Basile – en un programa deportivo el día de la final con Brasil. Scaloni sale a buscar hacer el primer gol (por eso va Paredes y no G. Rodríguez de entrada, generalmente) y cuando lo consigue, se repliega 20 metros para dejar venir al rival achicando espacios, dejando un equipo bien corto, sin espacios, cediendo iniciativa y buscando liquidar de contra, aprovechando la velocidad de sus delanteros o volantes ofensivos. Esto fue así desde el partido con Uruguay en adelante. Toma riesgos porque si el rival es débil, “se lo deja con vida”, cuando podría liquidárselo, yendo hacia adelante en busca de mayor diferencia. Pero es un estilo y como tal merece respeto. Tal vez con Paraguay o Ecuador fue arriesgado hacerlo, pero con Colombia y Brasil no estuvo nada mal. Si Neymar igualmente fue gran figura el sábado, imagínense lo que hubiera sido con mayores espacios para dar rienda suelta a su temible habilidad y dribbling. Argentina se agrupa en un 4 4 2, donde Messi y Lautaro generalmente, son los que marcan a los más retrasados y el resto toma casi hombre a hombre a quien está en su sector para que no pueda maniobrar solo ni tampoco hacer el “2-1”. Fíjense que Brasil no pudo llegar tanto y cuando lo hizo, enseguida Scaloni ajustó piezas para poder seguir controlando el ataque brasileño. Y además, Argentina con un par de contras, una de las cuales podría haber sido letal: gran pase de De Paul – la figura para mí – a Messi, quien trastabilló y maldijo la excelente ocasión no aprovechada.
Por otro lado, cuando uno debe elegir la figura del partido (en mi caso el podio lo forman De Paul – Di María – Otamendi) surgen nombres como De Paul, por cómo jugó todo el partido hacia adelante, hacia atrás con relevos y con asistencias exactas y pefectas, Di María y su poder de gol con definición exquisita, el regreso del firme Otamendi con presencia ante el rival, el candado del arco que hizo Dibu Martinez, el primer tiempo de Paredes, el segundo tiempo de Montiel, el desempeño de Romero que jugó infiltrado, o sea, como ven, cuando no es tan fácil encontrar una figura, cuando diez amigos tiran diez podios distintos, está más claro que apareció El Equipo. Y ese es otro logro consagratorio de Scaloni en esta Copa América. Solidario, con garra, jugando cada pelota como se debe jugar una final, aguerrido, concentrado, compacto, inteligente para marcar, para relevar, para presionar, para contrarrestar y hasta para pegar una patada o cortar con falta un ataque rival peligroso, máxime si la lleva el 10 a pesar de ser “un Junior”… Hay equipo, señores. Y hay un plantel de al menos 15 jugadores que ya pueden ir sacando pasaje a Qatar. Esa también es otra medallita a colgarse por el cuerpo técnico (no olvidemos a Samuel, Aimar y Ayala) pensando que aún faltan 17 meses para el Mundial.
Un párrafo aparte para Lionel Messi. No jugó una gran final pero si un excelente torneo y se llevó el premio que más deseaba: ser campeón con su querida y amada Argentina. Qué feliz se lo vio! Irradiaba felicidad, sin lugar a dudas. Era un chico al que le habían hecho el regalo que más deseaba. Su cara, sus expresiones lo revelaban todo el tiempo. Daba la impresión de que se iba a quedar toda la noche en ese campo de juego festejando con sus compañeros, con el cuerpo técnico, los dirigentes, los hinchas y sus familiares vía celular. Pero también tuvo un noble gesto de un amigo llamado Neymar Jr, quien se estrechó en un abrazo interminable en el medio de la cancha felicitándolo por el triunfo y recibiendo, del argentino, un consuelo por la derrota. Noble actitud la de Neymar de ir a buscar a Leo ni bien finalizó el partido, en lugar de irse cabizbajo al vestuario. Eso habla muy bien del brasileño, ahora bien, por algo lo hizo, no? Porque Messi es Su Amigo, es una persona a la que le tiene mucho cariño, más allá del extraordinario jugador de fútbol. No es común que un ídolo brasileño sea amigo de un ídolo argentino. Acuérdense cómo se llevaban Pelé y Maradona, aun sin haber jugado en la misma época. Y como si esto fuera poco, cuando Messi se iba de la cancha se encontró nuevamente con su amigo, ya sin la camiseta y luciendo terribles tatuajes, junto a otro amigo tatuado, Leandro Paredes. Y Messi no tuvo mejor idea que sentarse a charlar con su amigo a quien le había prometido su camiseta. Intercambiaron risas y abrazos. Y esas imágenes recorrieron el mundo para mostrar que en el fútbol siempre hay uno que pierde y otro que gana. Pero en la amistad, todos ganan. La rivalidad del fútbol empieza y termina con el fútbol, la amistad es un valor superior que trasciende los 90 o 120 minutos, que va más allá de un partido de fútbol, que debe sobrevivir a cualquier encontronazo que pueda producir un partido de fútbol. Que dos ídolos tan grandes del deporte y con tantos seguidores, hayan tenido ese gesto me da esperanza de ver a una sociedad más contemplativa, más unida, menos agrietada, menos a la defensiva, más sincera y más consciente de por dónde pasan los verdaderos valores del ser humano. Gracias por esta imagen y por mostrar este sentimiento, ojalá que muchos lo puedan repetir en su vida cotidiana.
Me siento feliz, me siento aliviado, me siento realizado, porque mis hijos (generación 2001 y 2005) han podido celebrar por primera vez un Título de Argentina y nada menos que de la mano de su ídolo Lionel Messi…
“Messié Marcel”
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