Días atrás una web de fútbol me llevó a ver los 236 goles que hizo Martín Palermo en Boca, goleador histórico del xeneize a quien, difícilmente alguien pueda superar en los próximos 20 o 30 años. Sin dudas, puedo considerarme dichoso haber visto su trayectoria en forma contemporánea. Me puse a pensar y me dije, si yo fuera técnico de un equipo de fútbol, cualquiera que sea, buscaría a los números 9 de mi equipo y les díría “… muchachos, aprovechemos este parate y pónganse a ver a este video, vean a este muchacho, van a ver goles de todos los colores…” Obviamente que van a comprobar cómo el azar lo ayudó algunas veces, como en el penal que pateó con los dos pies vs Platense (y debió haberse anulado) o el gol a San Lorenzo en cancha de Boca donde tiró centro y le salió al arco, tal como él mismo confesó inmediatamente después del partido. Pero ese mismo jugador hacía cosas notables: vean cómo saltaba a cabecear, cómo cabeceaba dándole una dirección a la pelota como si estuviera pateándola con su pierna izquierda – hábil – y mucho mejor que con su pierna derecha – era “de palo” o la tenía “para apoyarse”. Les mostraría su temible estadística: de las 236 conquistas con la camiseta azul y oro, con su zurda metió 133 tantos, o sea, un 56%, de los cuales 27 (11%) fueron de penal. Hizo 68 goles de cabeza (un 29%!, una barbaridad) y nada menos que 35 de derecha, o sea un 15% – podrían haber sido mucho menos, no? Es que él siempre buscaba el arco de enfrente, no importaba la forma. Muchas veces era poco ortodoxo al rematar, lo importante para él era que la pelota fuera al arco, su objetivo único y primordial, la red… Y lo logró muchísimas veces, los números son harto elocuentes.
También les diría que miren cómo se movía en el área, especialmente cuando un compañero iba llegando por algún extremo o cuando remataba desde afuera. El siempre aparecía en el lugar indicado. En más de un gol, hasta pareciera que, luego del rebote, la pelota lo buscara a él… Sí, ya sé, no puede ser cierto. Parece imposible. Pero justamente lo imposible… con él, era posible. Un ejemplo? Salgamos de Boca y vayamos a las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica con Diego como DT. Se acuerdan del partido con Perú bajo una intensa lluvia? Argentina empataba 1 a 1 y tenía que ir a ganar a Uruguay para entrar al mundial. En el segundo minuto de descuento, el pocho Insúa lanzó un buscapié al área peruana donde se veía poco y nada… Y apareció un pie goleador para empujarla a la red, para desatar un grito desaforado y eterno, nacional y argentino, más una inolvidable palomita de Diego haciendo patito en un gran charco junto al banco de suplentes. Fue él, tenía que ser él, solo él podía estar ahí, en el lugar indicado y en el momento preciso para conseguir el triunfo agónico, para que volvamos a respirar y a gritar por Argentina. Fue el elegido, el que festejó sacándose la camiseta y ganándose una ovación en el mismísimo Monumental, que tantas veces lo sufrió como rival. Seguiría mostrándoles cómo Martín definía de distintas maneras: definiciones fuerte abajo y cruzadas, o tocándola por arriba, pegándole de emboquillada. Y si hablamos de cabezazos, los letales a un palo o a otro, con un oportunismo total. Así fue que Carlos Bianchi, con gran originalidad, lo llamó el Optimista del gol. Eso sí, cuando terminasen de ver el video, les pediría que, cuando volviesen al otro día, intentaran algo de lo mucho que vieron. Que prueben y prueben, una y otra vez. Porque no solo hay que ver los ejemplos, hay que seguirlos, hay que imitarlos.
Esto mismo podría hacerlo con otros jugadores. Está claro que es mucho más fácil hacerlo con un 9 goleador, dado que las imágenes aparecerán rápidamente y en gran cantidad. No olvidemos que el gol es un poco el punto culminante de todo partido de fútbol. Pero también, sería bueno a un zaguero enseñarle cómo cabeceaba el ratón Ayala o Passarella. O que un marcador de punta mirara como marcaba y se proyectaba Clausen o el negro Ibarra. O un volante o carrilero de hoy que se detenga a ver al Ardiles del ’78 o al Giusti del ’86 y ’90 – partido con Italia, figura indiscutible! Y si tenemos “un distinto”, sacarle Netflix, la Play y los celulares, atornillarlo a la compu y mostrarle los exquisitos e infalibles pases gol del Bocha Bochini o de Román, o las gambetas del Beto o la chilena de Enzo. Volviendo a los número 9, me acordé de Batistuta. También sería un modelo a seguir, especialmente con la celeste y blanca. Por ejemplo que lo miren pateando penales, especialmente ahora que se puso de moda “picarla”.
Lo que quiero significar es que para jugar profesionalmente al fútbol, sin dudas, se tiene que nacer con cierta habilidad o destreza, no llega a consagrarse un “pata dura”, obviamente. Pero a esa condición natural es necesario ayudarla, hay que entrenarla y mejorarla. Les doy un ejemplo: Messi y Maradona han sido los dos jugadores más grandes del fútbol argentino que yo he visto. Increíblemente habilidosos por donde se los mire, pero ambos tuvieron que practicar “algo” para ser también los mejores en otra especialidad: los tiros libres. Cómo hizo Messi hoy y cómo hizo Maradona ayer, para ser eximios pateadores de tiros libres? Practicaron y practicaron y practicaron. Dos super talentosos también tuvieron que practicar.
Es como decía Guillermo Vilas cuando le preguntaban “el secreto de su éxito y consagración”. Willie decía: “… yo vivía desde la mañana a la tarde en el club, meta darle a la pelotita, pegándole una y otra vez, todo el tiempo, así llegué…” Y así fue el número uno casi del mundo, y el número uno de Argentina durante tanto tiempo.
Por eso, en esta época donde muchos deportistas son valorados muy rápidamente y creen que se “la saben todas”, un baño de humildad no les vendría mal. Buscar un espejo en donde mirarse es un sano consejo. Aprovechen la tecnología, la historia, los antecedentes, You Tube, u Holamort – se agrandó Chacarita!. Miren, aprendan y practiquen. Seguro que van a ser mejores más rápido de lo que piensan, más veloz que escribir un twitter o que subir una historia a Instagram, yo sé lo que les digo, saben cuánto hace que vengo escribiendo?
HACER EJERCICIO EN CASA – MEN SANA IN CORPORE SANO
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