AFLOJAR NUNCA, RENDIRSE JAMAS…

Ví la conferencia de prensa de Gabriel Heinze y en algún momento dijo que el suceso de Cufré (su pareja e hija de 6 meses sufrieron un grave accidente un día antes del partido que jugaban Vélez y Lanús en la Fortaleza) los había afectado de tal manera que “… dejó de interesarle el resultado del partido y la performance del equipo…” Lo conozco al Gringo y me sorprendieron ingratamente sus palabras. Es más, me sonó a una floja excusa para justificar la derrota y no querer asumir ciertas falencias que mostró el equipo. Por qué? Quien ha visto jugar a Heinze no puede dudar que una de sus virtudes, entre varias que ha tenido como futbolista, es mostrar una garra y coraje a prueba de contratiempos, goles en contra y/o rivales difíciles o reductos más que complicados. Ante semejante “golpe” emocional como el que recibió todo el plantel de Vélez, me imagino que dentro de la charla técnica habrá tocado el punto de que “ahora más que nunca” había que mostrar entereza y fortaleza (digna del Fortín, ja!), como una especie de reconocimiento extra para el pibe Cufré, como diciéndole “acá estamos para apoyarte de esta forma, en la cancha, poniendo más que de costumbre, para darte más fuerzas en este momento complicado”. Entendería la reacción negativa en algún jugador joven, pero nunca en Heinze. Seguramente “el Diego” también estaría sorprendido con esas palabras, él, que tanto lo quiere y lo tuvo como estandarte en su seleccionado de fútbol.

Me vinieron a la mente dos ejemplos similares de ciertas desgracias sufridas por un jugador de fútbol antes de un partido.

Me voy al año 1977 – qué memoria, no? Y qué viejo estoy! El Boca del Toto Lorenzo compró un delantero que había formado una exitosa ofensiva con Mario Zanabria en Newell´s: el loco Bezerra. Solo pudo jugar 2 partidos en Boca. En la madrugada del 14 de marzo, Bezerra murió en un accidente sobre la ruta Panamericana rumbo a Rosario a la altura de Campana. Tres días más tarde, Boca enfrentó a Lanús en cancha de Boca. Su amigo y compinche, el 10 de una zurda exquisita que con el Toto Lorenzo sumó otras virtudes tácticas y colectivas, mi Ídolo boquense, jugó uno de sus mejores partidos con la azul y oro. Hasta recuerdo la tapa de la revista “Así es Boca” con la foto de Marito Zanabria con sus típicas medias a media caña – como hoy las usa Dybala – y el título: MAESTRO, SE OLVIDA LA BATUTA. Y cuando le preguntaron a Mario cómo pudo jugar así luego de la inesperada muerte de su amigo, se limitó a decir: “…era el mínimo homenaje que podía hacerle…”

Más cerca del presente, en el año 2006, Martín Palermo sufrió una terrible desgracia familiar: tras el parto de su mujer Lorena, falleció el hijo recién nacido. El atacante no se entrenó durante 3 días, pero mostrando una fortaleza de acero, y luego de hablar con su familia, le pidió permiso al coco Basile y saltó al césped con el compromiso del profesional íntegro a jugar contra Banfield. No solo jugó ese partido (el Coco lo sacó a los 35 del st), sino que hizo dos goles – marca registrada en Martín, les recuerdo que es el máximo goleador de Boca con 236 goles, superando por 18 al segundo, Roberto Cherro.

Más allá de los ejemplos partidarios – entiendan que solamente googleé las fechas y que aún mi memoria funciona para buscar antecedentes, especialmente del color de mis amores – lo que quiero remarcar es que la reacción ante una adversidad propia o muy cercana a nivel familiar o de la amistad, debería ser la de mostrar, más que nunca, una fortaleza anímica tal que permitiese enfrentar y vencer a ese duro golpe o percance, en muchos casos inapelable y letal, sin vuelta atrás y, generalmente, imprevisto por donde se lo mire. Apelar a ese fuero íntimo para, no solo mostrar que uno sigue vivo, sino que es capaz de hacerle frente a ese duro momento que le toca sobrellevar.

Tal vez tenga que ver con una forma de enfrentar la vida, un comportamiento, una actitud. A veces digo que si estoy jugando un partido – cada vez juego peor y más espaciado – y arrancamos ganando, no está mal… Pero si arrancamos perdiendo, más fuerza tengo para emparejarlo y darlo vuelta. Y actúo en consecuencia, o al menos, lo intento.

Mientras tanto, en Argentina posiblemente vuelva a vivirse un superclásico Boca–River / Ríver–Boca por Copa Libertadores, esta vez en semifinal para ver qué argentino disputa la final con un brasileño. Pero no nos apuremos, en fútbol sabemos que nunca está todo dicho, si no, pregúntenle qué le pasó al Barcelona dos años seguidos en la Champions League, primero con la Roma y después con Liverpool. Así que, esperemos una semana más y, tal vez, sea el tema del próximo viernes… ANTICIPO HOLAMORT, siempre un paso adelante…

Saludos poniéndole 208 plus, otra que el farmacéutico

Acerca de

Periodista Deportivo recibido en el Círculo de Periodistas Deportivos en 1989. Socio vitalicio del Círculo de Periodistas Deportivos. Experiencia en radio, revistas y periódicos. Práctica de prensa en Copa América 1997. Conferencias Scaloni 2022/23 Cronista de los Premios Olimpia anualmente

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