El fútbol sigue siendo uno de los deportes que aún conserva cierta reticencia a las estadísticas y al uso de la tecnología. “Atenta contra el espíritu lúdico o folklórico” dicen algunos. “Para qué tanto numerito si al final no inciden en el resultado de un partido?”, argumentan otros. Yo estoy en la vereda opuesta. A mí me encanta la matemática, así que, imagínense, cuan a favor estoy del uso de estadísticas en los partidos de fútbol. Y el buen uso de la tecnología – hoy el VAR es el mejor ejemplo. Está claro que, por ejemplo, la mayor posesión – uno de los ítems más marketineros de los últimos tiempos del balompié – no garantiza para nada que un equipo sea superior al rival y menos aún que esté ganando el partido. Atlético Madrid del Cholo es un claro ejemplo. Pero otros datos suelen ser interesantes: cuánto corren los jugadores, cuánto hacia adelante, cuánto con pelota y sin pelota, cuánto para atrás; cuántos pases correctos y hacia adónde, tiros al arco, quites, dónde se movieron, desde dónde patearon, cómo lo hicieron, cuántos cabezazos hubo del rival en área propia y en ajena. A medida que esta información se acumula y procesa, empieza a ser digna de algunas conclusiones. Y sirve para tomar medidas, aceitar esfuerzos, sacar conclusiones. A mí, por ejemplo, me gustaría ver una estadística de los saques laterales. Aunque parezca mentira, cada vez veo más saques laterales entregados al contrario! Increíble. O también, saques laterales del rival donde un compañero recibe sin marca, cosa que debería ser una excepción. Me encantaría ver esos números y trabajarlos, obviamente, si fuese el DT. Ni hablemos de los corners mal ejecutados, por ejemplo, que no llegan ni siquiera a la raya más cercana del área chica… A los pateadores, los obligaría a quedarse post entrenamiento a practicar para que ese número fuera cero todos los partidos. Algunos se quedaban pateando tiros libres, un tal Maradona, un tal Messi. Si tamaños jugadores lo han hecho, por qué no hacer lo propio con los encargados de los tiros de esquina, no les parece? Y en esto ayudarían mucho las estadísticas y la tecnología.
En fin, no reneguemos de las estadísticas ni de la tecnología. Usémoslas proactivamente. No pretendo que tengan la importancia que, por ejemplo, tienen en la NBA. Sin dudas, el básquetbol se nutre muchísimo de ellas. Es vital saber qué % de tiros libres acierta cada jugador rival para saber a quién hacerle la falta personal en los últimos minutos cuando hay que conseguir tiempo para empatar el partido, no es cierto? Está claro que a un deporte como el básquetbol les sirven muchísimo a los equipos, toda vez que analizan su performance y la de sus rivales. El tenis es otra disciplina que ha sumado mucho “big data” últimamente, y en este caso, creo que, si bien es utilizado por coaches y entrenadores, aquí el valor agregado es aún superior para los analistas de los partidos. Si uno ve que en el primer set Delpo ganó el 85% de los puntos que jugó con un primer saque correcto, podrá ver cómo incide en su juego ese golpe. O un dato no menor sería que la mitad de los puntos que jugó en la red, los perdió: “… Atajate que te van a tirar drops muy seguido…“ No me digan que no es útil, obviamente, en su justa medida, sin excesos ni extremos. Equilibrado, a lo libriano…
Ahora, por ejemplo, en el Australian Open van a sumarse nuevas métricas para analizar los atributos de los tenistas. Por ejemplo, está comprobado que meterse en un largo intercambio de pelotas con Novak Djokovic es más aventurero que correr un Dakar. Es que los números dicen que el serbio gana un 9 % más de intercambios que el jugador promedio contra el mismo oponente. Qué tal! Esto es trascendente para quién debe planificar su partido vs Nole en cuanto a su estrategia de juego. Y será más que útil para los periodistas que tengan a su cargo la transmisión del partido.
Existe un sitio web comandado por Marcelo Gantman que se abocó a full a este tema, sitio que recomiendo ciento x ciento. http://www.analiticasports.com/
Trae mucha información analítica de todos los deportes, con las últimas novedades y tendencias. Me permito rescatar un par de ellas, reconociendo, obviamente, el copyright correspondiente que le pertenece.
La primera conclusión se vincula al básquetbol. Está muy claro cómo cambió el juego de la NBA en materia de “triples”. Hoy “todo el mundo” se anima a tirar triples. Es normal que el deporte vaya evolucionando con el correr del tiempo, pero es notable cómo el tiro de tres puntos en la NBA va en franco ascenso. Cada vez más, este tiro cobra más importancia con respecto al juego de media distancia o en la pintura. En 1980, 3% de los tiros de campo lanzados eran de larga distancia; en la última temporada este número llegó a 34%. Es decir, en 1980, 1 de cada 33 tiros era un triple, hoy esa relación es de 1 de cada 3. Por otro lado, el “campeón del triple” cada vez convierte más (en 1981 fueron 57 conversiones mientras que, en 2016, Stephen Curry convirtió 402). Por otro lado, esta tendencia hacia los tiros de larga distancia ha generado que se hayan formado especialistas de los triples, capaces de realizar más de la mitad de sus tiros en forma de triples. Hasta 1994, nunca hubo más de 4 jugadores en toda la liga que hicieran esto, pero en la última temporada regular, este número llegó a 131 jugadores. Es difícil pensar en un equipo que quiere ser campeón y no tenga a al menos un jugador que pueda realizar daños mayúsculos con tiros lejanos. El juego se ha alejado de la pintura, de alguna manera, para sobrevivir en la liga hay que saber tirar triples.
La segunda temática arranca con un título que denota sorpresa y cierta extrañeza: IBM anunció una alianza con Corinthians para encarar una profunda transformación digital, la mayor en un club de fútbol en Latinoamérica. Se pretende que, en diez años, el Arena Corinthians, estadio del club paulista, con casi 33 millones de fanáticos – solo en Brasil, logre acercarse a los niveles de innovación que tiene el Mercedes Benz Stadium de Atlanta, uno de los estadios más modernos de esta era. El MB Arena Stadium es el mejor estadio de Estados Unidos. Tiene la misma capacidad del Maracaná (75 mil hinchas) y ahí se jugará el Super Bowl 2019 y las semifinales del Mundial de 2026.
En cada partido, hay 45 mil personas mirando el juego, pero hay millones de corinthianos fuera del partido. La transformación digital es crear una plataforma cognitiva de comunicación que se llamaría Timao, para proporcionar una interacción con millones de personas antes, durante y después del evento. Toda esa comunicación y lo relacionado con el juego se canalizará mediante una plataforma de inteligencia cognitiva de IBM. Si al menos, el 10% de los fans se baja la aplicación, ya habrá una masa crítica de casi 3 millones de personas. Si bien la mayoría de las estadísticas quedarán a resguardo del cuerpo técnico, cinco o seis datos serán autorizados por el entrenador para que el público y los medios puedan acceder a ellas. Serán estadísticas para ser ofrecidas monetizadas por IBM y por el club con un banco, una telco y otra de consumo masivo. Esos ingresos pagarán los contenidos para los torcedores”.
En la fase dos vendrá todo lo relacionado con la performance del equipo. Pero también con la transformación más profunda del estadio. Poder contar con wifi de alta intensidad para eventos de rock y los propios partidos. La fase incluirá la creación de una nueva tarjeta para socios y torcedores con muchos servicios. El torcedor podrá con la tarjeta comprar en tiendas virtuales del club y otros stores. Habrá otra iniciativa de instalar hasta 2 mil pantallas en el estadio para publicidad. La Arena Corinthians tiene diez pisos y en todos habrá “screens”: en bares, toilettes, zonas de espera.
Un socio o un torcedor paga en promedio 160 reales por año (42,7 dólares). La idea de Corinthians es doblar el número de socios en 18 meses. Creo que esto puede inspirar a otros clubes en la región para en el futuro poder brindar mejores servicios y abordar una transformación digital. Algo más, desde la app del club y se podrán comprar un boleto para ir a un estadio en otro país, por ejemplo, Argentina. Y de antemano se podrá saber como estará el clima, el tránsito, las posibilidades de acceso con transporte público, hacer una alianza con Uber y crear un sistema de traslado para los fanáticos. También el ingreso al estadio puede ser con un código exclusivo en la aplicación y sin necesidad de tener un boleto físico para pasar el control. Usando la tecnología Watson podrán localizar fácilmente el lugar para ubicarse en el estadio y hasta pedir comidas desde el asiento. Realmente suena como si fuese del próximo siglo y tal vez podamos apreciarlo en el próximo lustro, “acá a la vuelta de la esquina”.
La próxima vez que vean estadísticas y/o uso de tecnología acuérdense de este blog y si son muy escépticos, dense otra oportunidad. Un estudio dice que una persona que revé sus creencias tiene un 70% de cambiar de parecer… estadística pura…
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JOE 90