DE ILUSIONES TAMBIEN SE MUERE…

Faltaban un par de horas para que empiece el segundo partido de la gran final de la Copa Libertadores, la soñada, la ideal, la irrepetible del SUPERCLASICO DEL SIGLO y explotó una bomba en forma inesperada con efectos letales y contundentes.
Todos saben qué pasó. No me interesa ahora revisar si los de Boca exageraron, si los de Ríver se preocuparon en serio o “pour la gallery”, si los periodistas no sabían de qué hablar para llenar espacio, si los médicos medicaron de más o de menos, si los vidrios se rompieron a 700 o a 70 metros de la cancha. (Leí al Chori Dominguez que recomendaba ir con las cortinas cerradas cuando jugás de visitante, no pensaste en pedir que mejor vayan con “La Bestia” que trajo D. Trump para moverse en Argentina? Chori, los que están mal son los agresores, no los agredidos!!!).

Se nos destruyó la ilusión, algo que jamás podremos recuperar. Algo así como ese sueño que teníamos desde chiquitos cuando esperábamos a Papá Noel o los Reyes Magos y, de repente, un 25 de diciembre o un 6 de enero, alguien nos contaba la verdad. Porque si miro quiénes son los organizadores de este evento, tengo que concluir que tarde o temprano nuestra ilusión se iba a hacer añicos, no había otra posibilidad.

IMPRESENTABLES las dos dirigencias en cabeza de sus Presidentes. Uno borrando con el codo lo que escribió con el brazo, otro echando leña al fuego como si fuera una película de cowboy de los años 50. Falsos, mentirosos, sin importarles la gente, solamente SU posición de presidente de club, su ego, sus intereses personales de poder y representatividad, su “qué dirá el socio si hago otra cosa”, su incapacidad para admitir errores o contradicciones, su búsqueda de excusas inexactas y débiles, uno con labia y tono sarcástico, otro comiéndose las eses y a todo aquél que osaba contradecirlo. Era imposible que este barco de la ilusión del superclásico del siglo llegara a buen puerto con estos capitanes.

Y si algo le faltaba a este combo digno de Mc Donalds (entre nosotros, un chistecito para que este texto sea menos lúgubre, habrá incidido el de Corrientes y el Obelisco para que la final se juegue en Madrid y no en Buenos Aires pensando en los festejos?), era una Conmebol, representada por su presidente paraguayo (va de retro, INADI) Alejandro Domínguez, totalmente inhumana, pesetera (el término se impone más que nunca….y Olé!), ciega, lucrativa y sólo mirándose su ombligo, su interés, su reputación… Si, así es, re-pu-ta-ción es una palabra que se usó mucho para caracterizarla en esas horas, aunque no siempre llegaban a pronunciarse todas las sílabas: “…La Conmebol, la Conmebol, se va a la … que lo …!” Harto criticable su tesitura del sábado presionando para que el partido se jugase sí o sí, cuando un jugador había ido en ambulancia a hacerse revisar de su visión. Ponían horarios como el verdulero va sumando precios cuando ve que aumenta la demanda de golpe… De terror. Y la FIFA como cómplice oscuro, silencioso, fuera del escenario, pero muy preocupado por los negocios televisivos que se caían si el partido no se jugaba el sábado.

En síntesis, los irresponsables de este acontecimiento jugaron con nuestra ilusión, con la de todos los hinchas de Ríver que soportaron horas el sábado en el Monumental y retornaron el día siguiente para volver a retirarse un largo rato después. Presionaron a los planteles para jugar sí o sí el fin de semana sin importarles su condición física, psíquica y humana. Y como si esto fuera poco, ahora mudaron el superclásico a España. Siguen viéndolo como un negocio. Quién da más x un Ríver – Boca? Doha? Medellín? Madrid? Vendido a Florentino Pérez para su Real Madrid que ha hecho el peor negocio del año vendiendo a Ronaldo y no trayendo a nadie para reemplazarlo, además del affaire Lopetegui. Business are business… ni el superclásico pudo escaparle a esta sentencia que gobierna los grandes espectáculos deportivos.

Lo pienso y no lo creo. Con amigos de Boca y de Ríver habíamos imaginado cómo reaccionaríamos el sábado 24 de Noviembre post partido. O nos encerrábamos e íbamos a dormir temprano por 24, 48 o 72 horas, sin celular ni whatsapp ni Instagram ni nada. O hacíamos triza el control remoto viendo todos los programas de la tele, una y otra vez, más los festejos, los memes, las cargadas, los mensajes, los gritos en el balcón, la calle, la vereda, la avenida, los bocinazos, hasta que las velas no ardan. Yo tenía (tuve) una cena en lo de mi amigazo Hernán B. (hincha del rojo y Gran observador del fútbol) y le había anticipado: o me tendrás que consolar o me tendrás que soportar. Nada de eso ocurrió. En la cena hablamos de la desilusión sufrida por simpatizantes y por amantes del fútbol argentino.

Sé que el 9 de diciembre a las 16.30 hs de Argentina, allá lejos, en el Santiago Bernabeu, arrancará el partido y la tensión volverá a invadirnos. Sufriremos, gritaremos, cantaremos, arribando a un final feliz y exultante, o triste y depresivo. Pero ya no será igual. Nos hirieron gravemente y esta herida nunca terminará de cerrarse. Será el final de “LA FINAL”, y aunque gane mi equipo favorito… o el tuyo, Horacio DLC (y otros amigos de la Banda), no será un típico final de película yanqui, siento que habrán ganado los malos… y no habrá bolsón de pochoclo dulce que pueda consolarme.

Fila 9 asiento 12
Marcelo

Acerca de

Periodista Deportivo recibido en el Círculo de Periodistas Deportivos en 1989. Socio vitalicio del Círculo de Periodistas Deportivos. Experiencia en radio, revistas y periódicos. Práctica de prensa en Copa América 1997. Conferencias Scaloni 2022/23 Cronista de los Premios Olimpia anualmente

Publicado en PELOTA PARADA