(trabalenguas francés, de origen ruso y de uso mundial)
Sin dudas, Francia fue un justo campeón. Eficiente al máximo a partir de cuartos de final, demostró ser un equipo con carácter, cualidad que no era usual en el seleccionado galo (nada de pechito frío!). A las grandes individualidades Didier Deschamps las supo administrar, no fue un director técnico agobiante al estilo Simeone, para nada, supo darle armonía, espíritu de equipo y compromiso el uno por el otro, sin abrumarlos y dejando que sus jugadores, especialmente volantes y delanteros, muestren sus dotes tal como son. Igualmente impuso algunas condiciones tácticas – Pogba marcando a Felaini cuando éste se puso como doble 9, Griezmann repitiendo su solidaridad para marcar y tirarse al piso como lo aprendió del Cholo, Giroud haciendo la función sucia resignando tener jugadas de gol y ni siquiera remates al arco. Pero se notó que cuando tenía la pelota, Francia fluía casi naturalmente con muchas variantes: podía usar la velocidad supersónica de Mbappé (puede ser cosa seria si a los 19 y en un mundial mostró estas pinceladas de alto nivel), la pausa de Griezmann, la segunda pelota luego de que Giraud la bajase de espaldas al arco, la excelente pegada de Pogba, la inteligente y profunda subida de sus dos laterales – el 2do y 3er gol vs Argentina son los mejores ejemplos, el cabezazo letal de sus dos centrales en el área contraria – los mejores del torneo, los pongo en mi equipo ideal, sumándole a ello el acompañamiento de Matuidí, la labor de obrero del negrito Kanté, quitando y quitando, haciendo relevos siempre a tiempo y el muy buen nivel que mostró Lloris – más allá del grueso error del segundo gol de Croacia. Repartió goleadores – tres de sus defensores convirtieron y en partidos definitorios, supieron trabajar muy bien la pelota parada – con muy buenos cabeceadores, jugadas elaboradas y precisos ejecutores. (Hago un paréntesis, en Argentina me canso de ver patear muy mal los tiros libres o corners, por qué no practicar en la semana un poco más? Esto sí se aprende practicando, hay que trabajar un poco más, muchachos!) Una virtud más de esta Francia super efectiva fue que siempre tuvo un plan de partido, una táctica, una estrategia. En el primer partido acomodó las piezas y a partir de enfrentar a Perú, encontró el equipo y la forma, luego fue alterando detalles según el rival. Aplicó cierta practicidad a una firme y pensada planificación. No existe no prever, no planificar, dejar todo al libre albedrío. Había un DT que odiaba planificar, no? No tenía en sus planes, seguramente, durar tan poco al frente de la selección argentina…
En la final, a mi entender, quien se llevó los lauros fue Antoine Griezmann. Y estaba en mi podio para el mejor jugador del torneo (Modric – Griezmann – Hazard era mi elección). Es un personaje que atrae, como dice JPVarsky en su nota de La Nación días atrás. Tiene una increíble conexión con Uruguay. No gritó su gol vs los orientales en el duelo de cuartos y finalizó la conferencia de prensa enfundado en una bandera uruguaya y hablando en “ese idioma”: “Vamo Uruguay, nomá’ Qué fenómeno…”. En el fondo, sigue siendo el rubio que a los siete años les pide autógrafos a los campeones del mundo en 1998. Hoy festeja los goles como un protagonista del videojuego Fortnite, que atrapa a millones de chicos en todo el mundo. Es uno de los líderes del plantel, responsabilidad compartida con Lloris, Mandanda, Pogba, Varane y Giroud. Miren lo que dice de Simeone: “…Tengo la suerte de trabajar con el mejor entrenador en lo defensivo, veo cosas sobre el terreno, trato de decirlas, de enseñarles a mis compañeros, así como ellos pueden enseñarme ofensivamente pequeñas cosas. Tengo la suerte de jugar con el Cholo, así que doy consejos y astucias para reordenarnos defensivamente…” Doy fe que lo hace. Mucho lo ha ayudado Diego Simeone para reinventarse dentro de la cancha, agregándole recursos a su juego y una mentalidad colectiva. Comprende muy bien qué hacer en cada jugada. Acelera cuando corresponde, frena cuando la circunstancia lo amerita. Gambetea, pone pase corto, pase largo, siempre como resultado de un análisis previo rápido de cada situación. Tiene una enorme precisión en la ejecución de la pelota parada. Pateó tres penales en el Mundial y convirtió los 3 en forma inapelable (valga la redundancia!!) – recuerden que erraron un penal Ronaldo y Messi, nada menos!!!!. En la final corrió 10,76 kilómetros. Nadie más que él en Francia. Vale mucho y está en alza. Se quedará varios años en Atlético Madrid o algún otro más poderoso contará con sus servicios en años venideros?
En fin, Francia mereció ser campeón. Al inicio del mundial, algunos se preguntaban: Pogba hacerlo? Y así fue, y Kanté los goles del primero al último. Tuvo afano, tenía a Griezmann superhéroe en pleno Deschamps Elysee. Gran emoción de todos, no Lloris x mí Francia, humanos y hasta el mono Umtiti. Eso sí, la Varane quedó alta hasta el próximo mundial. Pero Matuidi y retruco. Yo les dije, Dembelé bola, nosotros estamos para campeón. De salir segundo en la Eurocopa del 2016, jugando de local vs Portugal, este equipo cambió, dio un Giroud. Pavard de equipo el que armaron, ni un pelo de N’Zonzi. Sin dudas, que será un Hernández y un después, a partir de este logro. Y como si esto fuera poco, Mbappé de contento con la lluvia en pleno festejo, dijo el presidente Macron…
Si aún tienen dudas con la contundencia francesa, les recuerdo que ganó 6 partidos y empató 1 (lo jugó a media máquina y con suplentes, vs Dinamarca, se acuerdan?). No tuvo necesidad de jugar suplementarios, ganó siempre en los 90 minutos. El camino recorrido fue:
⚽️ 2-1 Australia
⚽️ 1-0 Perú
⚽️ 0-0 Dinamarca
⚽️ 4-3 Argentina
⚽️ 2-0 Uruguay
⚽️ 1-0 Bélgica
⚽️ 4-2 Croacia
Verdades y consecuencias.
Qué nos deja este Mundial? A mi entender, varias enseñanzas, tendencias, cambios de modelos, nuevos aspectos tácticos que derriban a otros cuasi eternos o mitológicos. Gracias eternas a Horacio DLC por el cuantioso y calificado aporte de material para este artículo (y a Rodrigo Duben). Un placer doctor, tenemos que hacer radio juntos, el nombre del programa podría ser AHORA HACELO, jugando con nuestros nombres, cómo te suena? Eso sí, que no pregunten si conocen el programa por la famosa rima final, no?
Creo que se acabó el auge del fútbol de posesión. Aquel estilo impulsado por Pep Guardiola en el Barcelona, maximizando el modelo holandés del ’74 (qué equipazo y qué innovador, Dios mío!) con el concepto de «fútbol total», transitó en Rusia sus horas más bajas. La fórmula que consagró a España en Sudáfrica 2010 y, en menor medida, a Alemania hace cuatro años en Brasil, sufrió un notable decaimiento. Los tres equipos con mayor porcentaje de posesión fueron Alemania (71,98%), Argentina (65,92%) y España (74,67%). Los tres quedaron eliminados de forma prematura. Sus planteos posesivos fueron abatidos por equipos compactos, intensos, prácticos y rápidos para salir de contragolpe. Los ataques directos y el factor sorpresa tuvieron gran incidencia. No en vano, los cuatro semifinalistas oscilaron entre el 50 y el 56% de posesión de pelota, siendo, sin lugar a dudas, equipos efectivos y flexibles. Y todos ellos con una característica muy “Premier League”: mediocampo a alta velocidad y de transición. De todas formas, no es para exagerar. Hay que buscar el equilibrio, ya que los equipos con menor posesión de pelota en el Mundial – Irán (26,45%), Islandia (32,55%), Panamá (36,60%) y Corea del Sur (36,75%) – también se han despedido en primera ronda.
El metrobus está de moda, o sea el colectivo por sobre las individualidades. En este Mundial la estrategia predilecta consistió en reducir espacios y contraatacar, lo que ha hecho que el trabajo grupal tome un rol protagónico en la mayoría de los partidos. Y los que dependieron de sus figuras, se fueron pronto: Portugal y Cristiano Ronaldo; Argentina y Lionel Messi, mejores ejemplos, imposible. También le pasó a Polonia con Lewandowski, a Dinamarca con Eriksen, a Egipto con Salah y a Corea del Sur con Heung-min Son. En Rusia 2018, el fútbol fue más que nunca un deporte de equipo, y claramente lo colectivo le ganó la pulseada a lo individual y las grandes figuras tuvieron que colaborar con el grupo. Olivier Giroud fue el único delantero despreocupado por el gol, su función era ayudar al equipo a ser campeón del mundo. Que Suecia haya llegado tan lejos prescindiendo del personalismo de Zlatan Ibrahimovic es un cabal ejemplo.
Está a la vista que fue un Mundial de la pelota parada. El recurso hizo furor en todas sus versiones: tiros libres o de esquina, penales e incluso los saques de banda – recuerdo el partido de Croacia vs Dinamarca x cuartos de final cómo los daneses lanzaban misiles al área en cada lateral ofensivo. Casi la mitad de los goles de la Copa del Mundo tuvieron sus raíces por estas vías y más del 75% de los encuentros tuvieron al menos un gol desde el balón detenido. Concretamente, de los 169 goles marcados en el torneo, 72 fueron con pelota detenida (42,6%). Francia gana su semifinal con una pelota parada y abre la final con una pelota parada, más claro y contundente… imposible! Y pensar que don Sampa no hizo UNA jugada de pelota parada, ni una… y encima teniendo enanos para cabecear… Cuánto nos falta? Y algo muy importante: el ejecutor. Es vital un jugador con buena pegada y practicar en la semana. Trabajo, no? Les suena? Recuerden con nostalgia el gol de Ayala a Alemania por centro de Riquelme en cuartos de final de Alemania 2006. Entre los destacados, fue el equipo que más usó esta herramienta, con 10 de sus 13 goles convertidos con penales, tiros libres directos y pelotas quietas (76,9%). Entiendo que esta marea de uso de pelota parada será una saludable tendencia para que muchos DT la ejerciten y profundicen en sus equipos locales, ojalá así sea. Que en la mismísima final haya habido un gol de esas características debería ejercer influencia en pos de practicar y elaborar jugadas y, asimismo, en revisar la validez de tomar en zona u hombre a hombre frente a cada pelota parada que llegue al área. Como siempre, buscar el equilibrio, ni negarlo ni abusar del método…
El partido no está terminado, algo más va a pasar… Otro de los grandes distintivos del Mundial fueron los goles en los últimos minutos. De los 169 goles, 44 fueron convertidos en los últimos 15 minutos de los partidos, con 23 de ellos anotados en el minuto 90 o en los adicionales. La caída de Alemania estuvo ligada a este síndrome de los últimos minutos de juego. Vencieron a Suecia con el gol de Kroos en el minuto 95, pero cayeron ante Corea del Sur con dos anotaciones tardías (’92) y (’96). En la fase de grupos se anotaron 20 goles en el minuto 90 y sus adicionales. Esta cifra supera las primeras fases de Brasil 2014, Sudáfrica 2010 y Alemania 2006 juntas (19)! Impresionante este dato. No necesariamente esto generará una nueva tendencia pero es un llamado de atención a cómo encarar los minutos finales de todo partido, mentalmente y en cuanto a la preparación física de los protagonistas. Si tu equipo no llega a jugar los 90 al mismo ritmo, atenti que pueden “vacunarte” en los minutos finales… El que avisa no es traidor, no les parece?
El uso de la tecnología y el VAR como uno de los grandes protagonistas de los partidos – incluida la final! Hay deportes que han elegido siempre estar unidas a las revoluciones tecnológicas y los cambios de reglamento, como por ejemplo la NBA. El fútbol siempre fue un poco más reticente y se tomó su tiempo para darle espacio a las nuevas herramientas digitales. Creo que el debut de los Árbitros Asistentes de Video (VAR) en el Mundial de Rusia 2018 fue más que exitoso. En su gran mayoría de intervenciones ha generado justicia y una modesta colaboración para hacer un fútbol más limpio. Gianni Infantino informó que el videoarbitraje se utilizó casi en 500 ocasiones y provocó la revisión de 20 jugadas, de las que 17 fueron decisiones correctas. Con el VAR, se ha pasado del 95% de decisiones correctas de los árbitros al 99,2% por ciento. Es un progreso, sin dudas. El aerosol evanescente puso fin al recorte de distancias e incrementó notablemente la efectividad en tiros libres, la Detección Automática de Goles (DAG) desterró de los estadios a los goles fantasmas y ahora el VAR ha dejado en claro que es el arma más efectiva para luchar contra las infracciones imperceptibles y las simulaciones del fútbol. También afectará el comportamiento de los jugadores. Ahora, por ejemplo, tendrán que cuidarse más en el área – no es cierto Mascherano?, no deberán saltar con los brazos abiertos inocentemente porque saben que será penal o tiro libre super peligroso, no Umtiti vs Australia? También el VAR ha ayudado a que los árbitros tengan más oportunidades para optimizar sus decisiones, y esos minutos para ver la jugada de nuevo, a solas, frente a la pantalla, generalmente les permitirá impartir verdadera justicia – Pitana en la final. Penal bien cobrado. Hay un audio de ese momento: “… Andá a revisar la jugada tranquilo, te espero en el VAR…”, le dijo Vigliano a Pitana.
Una última reflexión se vincula con un mito se hizo realidad y otro que se destruyó. Generalmente los mundiales en tierras europeas se lo llevan los europeos. En este caso, no solamente el campeón fue europeo, los cuatros semifinalistas fueron del Viejo Continente. Y eran seis “cuarto-finalistas”. Con las derrotas de Uruguay y Brasil en los cuartos de final, se acabó el sueño americano. Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia protagonizaron la «mini Eurocopa» que definió al campeón del Mundial. Y la tendencia europea se ha adueñado de los últimos mundiales, no solo los europeos:
Brasil 2014: Dos de los cuatro semifinalistas y uno de los finalistas fueron de Sudamérica, siendo Brasil la eliminada en semis y Argentina la subcampeona.
Sudáfrica 2010: Uno solo: Uruguay fue cuarto, perdiendo con Alemania el partido x el 3er puesto. Brasil, Argentina y Paraguay salieron en cuartos junto a Ghana, perdiendo 2-1 ante Holanda, 4-0 ante Alemania y 1-0 ante España, respectivamente.
Alemania 2006: Ni uno entre los cuatro primeros. Los cuatro semifinalistas fueron de UEFA. Alemania perdió con Italia y Portugal con Francia.
El balance final es que de los últimos ocho finalistas, apenas Argentina en el 2014 alcanzó el ansiado juego número siete. Eso es un preocupante 12,5%. De los últimos 16 semifinalistas, apenas tres de Sudamérica: Uruguay 2010, Argentina y Brasil en el 2014. 18,75% de todos los cupos. De los últimos 32 cuarto-finalistas, 10 de Sudamérica. El 31,25%.
Miren este contraste: hasta el 2002, 34 participantes jugaron las 17 finales. De ellas, 13 veces fueron equipos de Sudamérica, produciendo 9 campeones mundiales: 5 veces Brasil, 2 veces Uruguay y también Argentina. Notable el cambio, verdad?Será que el “juego sudamericano” de posesión, gambeta y desequilibrio ya no prospera y debe reinventarse para poder doblegar al “estilo europeo” de fortaleza física, velocidad, presión alta y zona media de transición? Y si algo suma en este análisis, les dejo otro dato: 107 jugadores del Mundial provinieron de la Premier League, obviamente dejaron su sello en el estilo que se jugó. Atrás quedaron la liga española (79) y la Bundesliga (64). Manchester United – grande Mou, te quiero – aportó 17 jugadores.
Por otro lado, se acabó el mito de “los candidatos son siempre los mismos”. Generalmente, cuando arranca un Mundial, como bien escribió Marcelo Guerrero, uno pregunta quiénes son los candidatos? Y la respuesta nace espontánea… “Y… los de siempre, Brasil, Alemania, Argentina, España. MITO DERRIBADO, señores. Acabamos de ver la tercera definición seguida de Copa del Mundo con protagonistas distintos: España-Holanda en 2010, Alemania-Argentina en 2014 y Francia-Croacia en 2018. Más aún: entre los 12 semifinalistas de esas tres ediciones apenas hay un país en común. Es Holanda, segundo en Sudáfrica y tercero en Brasil. Y en Rusia… ni clasificó!! Basta de hablar de los mismos de siempre. A este mundial no clasificó Italia, seis veces finalista de la Copa del Mundo. Brasil cumplirá dos décadas de su último título mundial. Ya no es el amplio favorito de otrora. Si todavía queda algún escéptico, pregúntenle a Alemania qué le pasó en la primera ronda de este mundial. Algo similar ocurre con la Copa Libertadores. ¿Hay candidatos? Antes de decir los mismos de siempre, recordemos que en las últimas diez ediciones hubo 20 finalistas distintos. Los números no mienten jamás, no lo olviden…
Se me genera una duda, podremos aplicar algo de todo lo concluido a nuestro alicaído y cabizbajo fútbol local? Creo que estamos a años luz pero hay que hacer el intento, no? Sé que la calidad de jugadores atenta contra ese deseo porque ni bien aparece un jugador “interesante”, emigra hacia el exterior (Lautaro Martínez, por ejemplo). El fútbol local sigue siendo poco competitivo a la hora de ver seleccionados nacionales, pero sería bueno tratar de aplicar algunas de estas novedades estratégicas. Mejorar la preparación física y trabajar más la pelota parada son objetivos cumplibles, hay que decidirse a hacerlo y LABURAR…
Me voy con una reflexión que es una foto bastante representativa de la entrega de medallas al campeón mundial bajo una furiosa lluvia moscovita: “El que se moja es bien macho y no se enoja, y el que no se moja… es Putín.”
Marcel Marceau (guí guí, siempre fui franchute)